Si algo le faltaba a la economía de cristal de la mayoría de los clubes del fútbol argentino, sin importar condición o liga, era esto, el avance de una pandemia como el coronavirus que estacionó el deporte por completo.
El covid-19 afecta a todos por igual. Pero valga la aclaración, con el deporte de alto rendimiento profesional lo hace por duplicado: apaga las luces de los estadios y acorrala a los empleadores al no poder generar dinero, porque la máquina de la felicidad está fuera de servicio y no puede atraer público a sus espectáculos.
Entonces, sin dinero, hay que recurrir a los ahorros. Pero, ¿qué pasa cuando los ahorros no están y acaso un espejismo en cuentas bancarias vacías? La crisis se multiplica y complica aún más la situación. Entonces, se necesitan soluciones profundas. Hay casos testigos.
El Barcelona de Lionel Messi resignó el 70% de sus haberes, más el 100% de premios y, además, se encargará -de ser necesario- de que cada empleado del club continúe cobrando el 100% de sus haberes hasta tanto el mundo regrese a la normalidad.
En Argentina, Racing cerró de palabra una reducción en los haberes de sus jugadores de Primera, en un gesto que enaltece al grupo por su movida. Y así, irán surgiendo otros condimentos. “Estaría bueno que haya algo conjunto, que entre clubes y futbolistas se resuelva una medida de salvataje. Está claro que acá todos tendremos que resignar algo”, le advierte a LA GACETA un dirigente de peso de la Superliga.
Y para colmo de males, en medio de este revuelto de inconvenientes surge otro igual de pesado: el parate actual obligará a estirar las fechas de los torneos, las de la Copa de la Superliga, dependiente de una ya futura extinta Superliga, y la de los torneos que están bajo la órbita de la AFA, como la Primera Nacional.
En el caso de la competencia de la A, la TV pagó febrero y marzo, aunque no pudo transmitir casi nada del último mes. Hace el esfuerzo que desciende hacia abajo. “Todos los tenemos que hacer, no queda otra”, acepta el directivo.
Y al estirarse el elástico, hay que remendar otro problema, los contratos de los futbolistas. En su mayoría, caso Atlético y San Martín, vencen el 30 de junio. ¿Terminarán los torneos de Primera y la Primera Nacional antes de esa fecha? Difícil, si la decisión es continuarlos, amén de que no haya fecha concreta de nada, y menos de una habilitación para concentración de público masiva. El fútbol podrá volver, pero desnudo. Con tribunas vacías.
La lista de los futuros “libres” en “Decanos” y “Santos” es extensa, como en todo final de temporada. Algunos más, otros menos, pero entre 10 y 15 jugadores por barrio quedarán en libertad de acción. Ni la FIFA, ni la AFA pretenden eso.
Por citar un caso en especial, el de Cristian Lucchetti. El 30 de junio quedará en libertad de acción, el capitán y símbolo de Atlético. Igualmente, si hay algo que no pasará es que “Laucha” se irá del club. Su destino está ligado a los colores celeste y blanco, salvo un imponderable.
Sucede que Lucchetti negocia por 12 meses, así se maneja desde que llegó hace ya casi ocho temporadas. Siendo el líder del vestuario, él será el nexo ante el resto para encontrar soluciones que beneficien a las partes.
“Ni nosotros queremos quedarnos sin plantel, ni los jugadores querrán quedarse sin club”, le comenta a este diario Miguel Abbondándolo, del “Decano”, y precisa. “Estamos muy conformes con el grupo que hemos formado y queremos conservarlo”.
El salvoconducto (o letra chiquita) en los contratos suele ser la famosa “opción de compra”, otro mundo con varios satélites. Atlético pude hacerse del 100% de Marcelo Ortiz, pero deberá cerrar trato con Boca Unidos, dueño del pase del defensor. Cristian Erbes y Ariel Rojas, por caso, tiene opción de compra y el pase en su poder. Con ellos se puede llegar a un acuerdo de extensión, por ejemplo. Hay otra cintura.
La propuesta
Una de las recientes soluciones que hay propuesto la FIFA es “recomendar” a los clubes y a futbolistas una “extensión de contrato” hasta la finalización de esta temporada atípica. La recomendación, en realidad, será prácticamente un mandato, siendo el ente rector una especie de mediador para los dos bandos: nadie se quedará sin trabajo y nadie podrá decirle “no” a la extensión contractual al empleado.
Lógico, los futuros mercados de pases abrirán sus puertas en fechas posteriores al cierre de las temporadas. Es patear la pelota para que el negocio pueda volver a funcionar.
"Se propone que los contratos se amplíen hasta el momento en el que realmente termine la temporada. Esta medida se corresponde con la intención original de las partes al firmar el contrato y contribuirá a preservar la integridad y la estabilidad del deporte", dice un comunicado de la FIFA.
Además, la FIFA pidió colaboración entre instituciones, deportistas y trabajadores. "proteger los puestos de trabajo y lograr un equilibrio justo y razonable entre los intereses de jugadores y clubes", insta la casa madre del fútbol mundial, y sigue.
"Esperamos que este proyecto común, liderado por la FIFA, constituya un ejemplo positivo de la capacidad de respuesta del fútbol, y demuestre nuestra unión, solidaridad y disposición para llegar a acuerdos que nos permitan afrontar los tiempos difíciles que están por llegar", mediante este pequeño discurso bañado de esperanza, el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, espera que el fútbol no se ahogue en un mar de lágrimas.